Con este ejercicio vamos a determinar nuestra tendencia a
padecer problemas de estrés en el momento en que se haga la prueba. Es un
sencillo test para el que únicamente hace falta un reloj con segundero.
Consiste en cerrar los ojos en el momento en que el
segundero del reloj pase por las 12 (si es analógico) o marque 00 (si es un
reloj digital).
Evidentemente, con un cronómetro haremos un ejercicio más
exacto, pero tanta precisión no es necesaria en este campo. Como decía,
cerramos los ojos y, mentalmente, contamos los segundos que transcurren en un
minuto. Cuando pensemos que ya ha pasado un minuto (60 segundos) volveremos a
abrir los ojos y miraremos el segundero, tomando nota de su posición.
Si el segundero indica que no ha transcurrido un minuto,
significa que nuestro cerebro está acelerado, que hay tareas paralelas teniendo
lugar en él: líneas de pensamientos, preocupaciones, cosas por resolver o sobre
las que pensar… En tal caso es recomendable tomarse un descanso, interrumpir
actividades y hacer, al menos, unos momentos de relajación, meditación o
cualquier cosa que sepamos que nos va a relajar.
Si el segundero está indicando exactamente la misma posición
que tenía al cerrar los ojos, significa que hemos controlado el minuto de forma
exacta y nuestro cerebro trabaja con un buen rendimiento. Esto no es muy
frecuente, ya que siempre hay, al menos, algunas decimas de diferencia, pero ya
hemos quedado en que la precisión no es importante para trabajar con el
cerebro.
Este sencillo ejercicio nos puede ayudar mucho, ya que, con
un nivel de trabajo acelerado, acumulamos la sensación, con el paso de los
minutos y las horas, de que no nos da tiempo a hacer todo aquello que
deberíamos y que los demás no están haciendo sus tareas en el tiempo que
deberían. Esta sensación nos creará tensiones y estas tensiones más
“aceleración” y agobio, por lo que más vale tomarse el respiro y dar a cada
tarea los recursos justos y necesarios de tiempo, preocupación y bienes
físicos. El estrés es un gran problema que puede conllevar grandes
consecuencias y debe ser tratado por profesionales, por lo que es mejor
controlar con indicadores, como este ejercicio, nuestra propensión a padecerlo.
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