Época de iniciar una formación o afición: septiembre. Vamos
a escoger: ¿Cuál es el objetivo? ¿ocio? ¿mejorar tu perfil profesional?
¿reciclar conocimientos? ¿prescindir de servicios que ahora estás pagando?. Es
importante tenerlo claro y definirlo de la forma más exacta posible, así
sabemos a qué atenernos y cuántos recursos podemos dedicar. Si no vas a disfrutar con una actividad y/o
le vas a sacar rendimiento en algún aspecto, replantéatelo.
Podemos utilizar la técnica MARTE para tratar nuestro
objetivo: Medible, Ambicioso, Realista, en un espacio concreto de Tiempo y
Específico.
Recursos: Una vez que hemos determinado el objetivo de
nuestra nueva/retomada actividad, vamos a dedicar ciertos recursos a ella:
tiempo, dinero, dedicación personal, sacrificio de otras actividades… Debe
estar equilibrado el esfuerzo que vamos a dedicar con el resultado de cumplir
nuestro objetivo. Lástima que no se haya inventado un satisfactómetro eficaz
para medir lo orgulloso que se puede estar de ciertas actividades o logros
económicamente poco rentables, como el deporte, el coleccionismo o la
fotografía.
Un ejemplo. Si queremos estudiar un idioma, podemos
inscribirnos en una academia a hacer un curso, contratar un profesor
particular, ir a encuentros en los que se hable el idioma que queremos
aprender, leer libros adaptados para aprendices, hacer juegos de aprendizaje
desde el teléfono móvil o desde el
ordenador, utilizar traductores, lecturas online, podcasts y programas de
televisión, plantearnos una estancia en
el extranjero… De todas estas opciones, escogeremos aquellas que más nos
acerquen al objetivo (concreto) que nos hayamos fijado: sin obsesiones y sin
obligaciones más allá de lo que nuestro ambicionado objetivo marque. Sin esta
ambición, da igual el objetivo, será difícilmente alcanzado. No conviene
pasarse: alguien que haga todas las acciones propuestas se saturará y estará
falto de tiempo (seguramente de dinero también) para otras cosas, lo cual puede
desgastar enormemente y reducir el rendimiento.
Tenemos el objetivo que marca nuestra ambición y vamos a
controlar los recursos. El más importante es el tiempo, ya que está limitado.
¿De cuánto disponemos? ¿podemos delegar? Fijaremos un calendario para cumplir
las exigencias de nuestro ambicionado objetivo. Esto ayudará enormemente. En el
caso de que pasados 21 días hayamos conseguido seguir la nueva rutina de
trabajo, es muy probable que el proyecto siga hacia adelante. Si necesitas
ayuda, puedes solicitarla para elaborar un Plan de Acción viable y eficiente.
De hecho, si tu objetivo es una evolución profesional, cuenta conmigo o con
perfiles similares, ya que disponemos de experiencia, contactos, referencias,
formación y recursos varios que serán críticos para sacar el máximo provecho a
tu perfil y a tu tiempo.
Con una fecha diana, unos recursos dedicados y la ambición por combustible, el resto va
rodado: un plan de acción conduce a un objetivo (y todas las sinergias que aparecen
por el camino).
También podemos utilizar técnicas de PNL (Programación
NeuroLingüística), completando la frase siguiente y leyéndola en voz alta (el
oído ayuda mucho) antes de ir a dormir:
Dentro de _________ meses voy a (ser/estar en/dominar…) _____________
gracias a mi Plan de Acción y a mi dedicación y entusiasmo personal y
frecuente.
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